3. Pensamiento lateral: ver más allá de lo evidente




“No se puede”, “Es imposible”, “No hay solución“... Todos hemos escuchado esas frases o alguna vez las hemos dicho. Esas son taras mentales que nos ponen limites y desde el momento que las pronunciamos cerramos las puertas a evaluar otras posibilidades.

El pensamiento vertical es aquel que usamos en nuestro día a día, este es secuencial, lógico y estructurado, parte de seguir los mismos pasos para resolver un problema, lo cual se basa en el conocimiento adquirido y en las experiencias previas. En complemento a este, el pensamiento lateral (Edward Bono, 1967) utiliza la creatividad y el ingenio en la solución de problemas, presentando una perspectiva diferente para resolver los problemas que parecen no tener solución usando solo el conocimiento y la experiencia. 

Esta forma de pensamiento tiene muchas referencias al pensamiento sistémico dado que propone los siguientes pasos:
  1. No apresurar juicios: es decir, “no asumir”, sacando de nuestra mente los paradigmas de que las cosas solo se puede hacer de una manera, ni partiendo de la premisa de que el problema no tiene solución.
  2. Considerar todos los factores: consiste en no concentrarse solo en el problema, también el como se llegó a el y como este problema está relacionado a otros elementos, ya sean estas personas o areas en una empresa.
  3. Imaginar las consecuencias y las secuelas: similar al pensamiento sistémico, el analizar las consecuencias ya sea con otras personas o areas, así con temas financieros, tributarios, legales, etc. 
  4. Fijar los objetivos: esto es muy importante, porque si no se tiene claro el objetivo se cometen errores en la definición de las soluciones posibles. Si vas a pelar un huevo, el objetivo no es pelarlo, sino comértelo; asimismo, en una empresa, si se hacen procedimientos el objetivo no es burocratizar el proceso, sino el ordenarlo para ser mas eficientes, esto a su vez para ser mas efectivos en los resultados para generar ganancias a la empresa. Entonces, el objetivo es generar ganancias, pero muchas veces nos concentramos tanto en el proceso que perdemos de vista el objetivo; así que, si se tiene un problema, lo importante es tener claro que se quiere solucionar para saber donde y como dirigir nuestros esfuerzos.
  5. Decidir cuan importante es cada aspecto de un problema: esto también es fundamental, pues muchas veces el problema tiene muchas aristas, por lo ordenarlas en orden de su importancia nos permitirá no limitar las posibles soluciones. Un ejemplo: si tienes un problema con el producto de un cliente y para solucionarlo requiere que contrates un perito experto e implementar un nuevo sistema de control que no está dentro de tu presupuesto. No es mejor buscar la manera de ajustar tu presupuesto ante la posibilidad de perder al cliente?, ya que si pierdes al cliente no solo pondrás en riesgo el ingreso futuro de la empresa, sino, la imagen de la misma, así como, si caen tus ingresos podrías terminare despidiendo personal. Por otro lado, el tener que revisar el presupuesto, implicaría tomar una serie de medidas que podrían afectar a varios departamentos de la empresa. Que haces? Buscas convencer al cliente y ahorrarte todos los problemas que traería? En algún momento te preguntaste que es lo que realmente quiere el cliente? Has pensando en soluciones alternativas?
  6. Buscar alternativas: ante la pregunta del ejemplo anterior, solo hay una solución? En realidad se han explorado todas las opciones posibles?. Arthur Conan Doyle, a través de su personaje de novelas, Sherlock Holmes decía: “cuando hayas descartado lo imposible, lo que quede, aunque sea improbable, debe ser la verdad”. Esto no significa que no haya imposibles, solo que no se puede determinar que algo es imposible si no se ha intentado evaluar todas las soluciones posibles y hasta las improbables. Lo importante al buscar alternativas es que las mismas sean éticas y ejecutables sin poner en riesgo a largo plazo a la empresa. 
  7. Ponerse en el lugar de la otra persona: La empatía, necesaria para saber que es lo que realmente quiere la otra parte, porque si no entendemos su expectativa no atenderemos el problema real y por tanto la solución que encontremos no será la correcta. 

Hace un tiempo en la empresa nos topamos con el problema de construir un muro en un area de terreno que un nuevo cliente iba a rentar. Habíamos hecho un presupuesto de cuánto costaría ese muro y hasta una licitación para encontrar al contratista que lo haría. Cuando el cliente fue a ver el área índicó que no le servia puedes la pendiente del terreno no permitiria que ingresen sus camiones. Nos pasamos semanas haciendo estudios de suelos, ingenierías y cotizaciones, siendo la conclusión de que el movimiento de tierras costaba más que el mismo muro y la rentabilidad caída extremamente, lo que teníamos que explicar al directorio. Ya estábamos a punto de tirar la toalla con este cliente cuando alguien del equipo planteó acondicionar otra zona del almacén, moviendo algunos clientes cambiando un poco la distribución de áreas, lo que costaría mucho menos que el movimiento de tierras que podría dejarse para un futuro donde hallemos un cliente mas rentable. Esta fue la solución al final, pero no habíamos tardado casi cuatro semanas en hallarla porque estábamos tan concentrados en que solo había una solución que era el movimiento de tierras que no nos detuvimos a evaluar otras opciones.

Houston, tenemos un problema

En 1970, la NASA envió un cohete a la luna, el Apolo XIII, el cual, por problemas técnicos, no logro cumplir el objetivo de su misión. Los astronautas debían retornar a la tierra, buscando sobrevivir dentro del modulo lunar, sin embargo, se enfrentaron a un problema. Como lograr que los filtros cuadrados de CO2 del módulo de mando se adaptaran a los circulares del modulo lunar, solo con los elementos que tuvieran disponibles en la nave espacial.

Los especialistas de la NASA tenían también un tiempo limitado para encontrar la solución al problema por lo que tuvieron que trabajar juntos por muchas horas buscando soluciones creativas a partir de algo que nadie había hecho antes y que en un primer momento se veia como imposible. Al final todos conocer la historia de la cual hasta hubo una película famosa; encontraron la solución y le salvaron la vida a los astronautas. 

Este es un ejemplo de como no hay realmente imposibles y ante la preocupación y temor inicial se puede encontrar una solución, pero para esto debemos empezar con cambiar la forma de pensar y pensar “fuera de la caja”, pues siempre hay una solución aunque en un primer momento no podamos verla.

Reinventándonos 

El tratar sobre el pensamiento lateral y el pensar fuera de la caja nos lleva a estudiar nuestro comportamiento en épocas de crisis, donde nos podemos ver enfrentados a situaciones que retan nuestro carácter y haber entrado a una etapa de preocupaciones por nuestro futuro. Dás está decirles que esta no es la primera crisis y no será la última, por lo que es mandatorio aprender a reinventarnos para poder salir adelante y fortalecidos de esta situación para enfrentar lejos las siguientes.

La característica común de cada reinvención es el miedo inicial, un pensamiento de que hemos fracasado o de como llegamos a este punto, seguido por ese temor de hacer algo nuevo, de si esto resultará, con una expectativa medida sobre el futuro. El problema es que no todos tienen la capacidad de reinventarse, pues se debe partir de aceptar que todo lo que conocíamos hasta hoy se terminó y que si se tiene que empezar nuevamente es cambiando lo que hacíamos o como lo hacíamos, intentándolo, sin importar lo que otros piensen al respecto, pues los demás no nos ayudarán a solucionar nuestros problemas, ni asumirán nuestras responsabilidades o cumplirán nuestras metas. Esto exige de nosotros desarrollar la fuerza y la capacidad de buscar soluciones donde parece que no las hay.

En mi vida me ha tocado reinventarme tres veces: cuando tuve que dejar mis estudios para trabajar, cuando inicié años después en la universidad pública y cuando obtuve mi primera gerencia general. La primera vez acepté el trabajo que había, pues lo necesitaba, teniendo que quitarme la tara mental de lo que dirían los demás y de que había fracasado; luego, me convencí a mi mismo de que esto era solo un paso necesario pues no desistiria de mis metas. La segunda vez, cuando volvi a la universidad, tenia claro que debía buscar la manera de hacer que funcione, donde el apoyo de mi familia y amigos fue importante en el logro de mis objetivos. La tercera vez, al asumir la gerencia de una empresa con problemas financieros, tenia temor al fracaso y a fallarle tanto a mi familia, como al personal que quedaba en la empresa (en mis primeros 30 dias tuve que reducir la planilla a la mitad para poder mantener a la empresa funcionando), teniendo que apoyarme nuevamente en mi familia, en Dios, en aquellos creían en mi, pero esta vez, además, en mi equipo, con quienes encontramos la forma de intercambiar ideas creativas y sacar adelante a la empresa.

Lo que he aprendido de estas experiencias es que la frase ‘no se puede” es algo que debe ser reemplazado por “es difícil”, lo que nos ayuda a comprometernos realmente en hacer que lo difícil sea posible. Por supuesto que sentiremos temor, es parte de ser humanos, pero eso no nos debe detener y debemos seguir adelante, siendo lo mas importante tener la mente abierta para evaluar otros caminos, pues si nos limitamos a hacer las cosas que siempre hacíamos, como siempre lo hacíamos, cerramos la puerta a empezar de cero, pero en un camino nuevo que puede llegar a ser el que buscábamos.

Las personas que han llegado más lejos son aquellos que se reinventan continuamente y no cierran su mente ante las posibilidades, empezando desde cero si es necesario, superando el temor inicial y perseverando hasta lograr el éxito. 




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