5. Asumir lo que hacemos, sea bueno o malo, nos abre oportunidades



“Procura ser tan grande que todos quieran alcanzarte y tan humilde que todos quieran estar contigo”...Mahatma Gandhi.

Cuando somos parte de una empresa somos parte de una maquina en la cual somos un engranaje que contribuye con los resultados. Si un engranaje falla todo el sistema se ve comprometido, ese engranaje se puede reparar o reemplazar, la elección de uno u otro camino depende de si se puede reparar y funcionar mejor o presenta continuas fallas y vale la pena cambiarlo. Pero qué pasa si ese engranaje resulto ser mejor que los demás?, no se darán cuenta hasta que vean como los demás se van desgastando y este sigue haciendo bien su trabajo, siendo este proceso largo porque se asume que todo el sistema trabaja bien porque así fue diseñado, nadie se preguntará si es porque un engranaje hizo una mayor contribución para ello y cuando se quiera mejorar el sistema podría no ser tomado en cuenta a menos que haya algo que haga notar que ese engranaje brilla más que los demás porque tiene una estructura que lo hace mas fuerte y eficiente.

Esa analogía del mundo laboral sirve para representar lo que pasa cuando se comenten errores y cuando se pasa desapercibido en la empresa. A uno no lo echan por cometer un error, sino la reiteración o porque no aprendió de los mismos o los ocultó. Tampoco crece laboralmente porque haga bien su trabajo, sino porque destacó y como saber que se ha hecho algo significativo si no se comparte?.

Asumir lo bueno

Es importante empezar diciendo que hacer el trabajo para el que fuimos contratados no es suficiente para destacar y/o esperar alguna felicitación. Ese es nuestro trabajo y cumplir los plazos, los procedimientos o la políticas de la empresa no nos hace mejores trabajadores que otros compañeros que hacen lo mismo. La verdadera contribución viene de una mejora en el proceso, la eficiencia en nuestras labores, el compartir ideas innovadoras o identificar un problema a tiempo y proponer una solución al mismo. Quien hace eso es quien realmente hace la diferencia.

Hace unos años, cuando trabajaba en el área comercial, tenia confianza con el responsable de compras, quien un dia vino a mi oficina a hacer su catarsis porque había renunciado el gerente de logística y había llegado una persona a ocupar la posición y ni siquiera le habían considerado a él para reemplazarlo. Se desvivía comentando como se habían mejorado los procesos de compras en la empresa los últimos años, había estudiado su maestria de supply chain para prepararse para el puesto, que nunca podia salir de vacaciones porque todo se volvía un caos y lo ingrata que había sido la empresa y su antiguo jefe al no considerarle para la posición. 

Le hice varias preguntas sobre como había contribuido al área de compras y como se había involucrado en entender como funcionaba la gerencia de logística. Me comentaba como había mejorado el control de las compras, los formatos que había implementado y como tenia capacitado a su equipo para ser más eficientes. También me dijo que tenia claro que el área de logística también veía distribución y almacenes, pero que lo entendía muy bien porque habia llevado su maestría y habia estudiado como funcionaban las otras areas de la gerencia de logística. Le volví a preguntar si alguna vez le había comentado a su jefe de su mejora en los procesos y si estos se habia vuelto procedimientos escritos, a lo que respondió que no, pero que el lo sabía porque veía como el area de compras funcionaba muy bien y como tenia que arreglar todo lo pendiente o mal hecho cuando se iba de vacaciones.

Unos días después debía salir con el gerente general a visitar a un cliente, siendo el viaje de ida y vuelta era largos, así que aproveche para preguntarle sobre la posición y porque no habían considerado al jefe de compras para el puesto; también le pregunté si sabia lo que había contribuido a la empresa y que había estudiado su maestría. La respuesta fue que tenía claro que el área bajo su responsabilidad era muy eficiente, pero que cuando habló con su ex jefe, sobre quien podría reemplazarlo la respuesta fue que era un buen trabajador y que nunca había manifestado interés en asumir mayor responsabilidad, además de que no conocía bien como funcionaban las otras areas de la gerencia y por eso optaron por traer a alguien de afuera. Por otro lado, asumían que cuando salía de vacaciones quien lo reemplazaba no tenia el mismo nivel de experiencia en compras y por eso el caos, no sabían que tenia un sistema propio pues nunca lo había comentado, ni siquiera en los comités de compras, donde también asistía el gerente general, era por ello que consideraban que en su posición actual era el mejor y que quisieran que estuviera a cargo por mucho tiempo.

Lo interesante de esto fue que era una persona capacitada, con experiencia y hasta calificada (con la oportunidad y el acompañamiento necesario), pero nadie lo sabia, solo se asumía que era un buen trabajador. No se preocupó de compartir sus logros o su contribución o su conocimiento de la empresa. Nunca manifestó interés en la posición que anhelaba y si bien contribuía mucho con la empresa poco hizo por hacerlo permanente proponiendo una mejora del procedimiento. En el fondo estaba mas interesado en hacerse indispensable en su trabajo, no preparando a alguien para reemplazarle, haciéndolo tan bien que ni siquiera se le consideraría para otra posición.

Este es el error que muchas veces cometemos. Nos dicen que es mejor que nuestro trabajo hable por nosotros y así es, eso es bueno, pero la verdadera contribución es dar más de lo que esperan de nosotros y compartirlo, ayudando y enseñando a otros como hacer las cosas mejor, porque eso no solo nos hace menos indispensable, sino nos convierte en verdaderos lideres; además, debemos compartir nuestras ideas de mejora, nuestras iniciativas y nuestro interés  por hacer más, de esta manera nos tomarán en cuenta para mayores responsabilidades y si ven en nosotros un potencial incluso nos prepararán para ello.

“Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y a ser mejores; eres un líder”...Jack Welch.

Asumir lo malo

En ocasiones, cometemos errores, todos los cometemos, si no nos equivocáramos no aprenderíamos. El problema es cuando estos errores son ocultados, ya sea por temor a asumir la llamada de atención o a perder nuestro empleo. El lidiar con las consecuencias de nuestras acciones es parte de crecer, de asumir responsabilidades, de ser profesional. 

Alguna vez alguien me preguntó porqué un gerente gana tanto, si es que no tiene la misma cantidad de horas de trabajo que otros, sale a almorzar con otros y la empresa paga la cuenta o tiene privilegios que otros no; el error era ver solo superficialmente la posición. Cuando uno asume una gerencia debe ser capaz de responsabilizarse no solo por lo que hace, sino también por lo que hace su equipo, asumiendo las consecuencias si es que no puede controlar que todas las actividades del mismo coadyuven al logro de los objetivos de la organización, asumiendo también los errores del equipo como propio y tomando las medidas que se requieran para hacer que estos sean corregidos rápidamente y que en el futuro no se vuelvan a repetir. La gerencia se mide por objetivos, es un trabajo de 24x7 pues no se debe dejar de tener conocimiento de lo que está aconteciendo y como se viene haciendo las cosas, no hacerlo puede traer consecuencias para la organización y para la posición del gerente. 

Si uno quiere algún  día tomar un puesto de dirección debe primero ser capaz de asumir la responsabilidad de sus actos, así como las consecuencias de los mismos, pero a la vez, el gran factor diferencial no es solo el asumir, sino el proponer una solución pues esto mostrará que la persona no solo tiene valores sino que además es capaz de encontrar soluciones a los problemas, así que como todo problema es una oportunidad, es en esos momentos difíciles donde se puede demostrar la verdadera valia y que está listo para cosas mayores.

En una ocasión habíamos encontrado un problema en una obra ejecutada, no teníamos idea que es lo que pasaba, solo que algo estaba fallando, por lo que se decidió hacer una auditoria técnica por un perito externo. Se encontró que faltaba una pieza al sistema y en la discusión me molesté porque no entendía como se había obviado instalar algo que era muy necesario y que instalarlo ahora implicaba un gran costo. En ese momento un ingeniero comentó que era porque el anterior gerente del proyecto, durante la construcción, no lo consideró indispensable y que eso era la raiz del problema. En realidad luego nos enteramos que lo supo desde el comienzo, pero prefirió evitar el decirlo para que no me molestara. Lo que queria hacer era echarlo de la empresa, no por la pieza faltante, porque fue una decisión que se tomó en un momento que el era solo parte de un equipo, lo que realmente me parecia indignante era el hecho que lo supiera desde el comienzo y preferia evitar decirlo haciéndole perder mas tiempo y dinero a la empresa, esa falta de madurez que hubiera quedado en solo una llamada de atención y que por su actitud podia terminar en un despido. Al final decidimos mantenerlo con una llamada de atención formal.

El aprender a asumir la responsabilidad, nos hace no solo mejores personas, también mejores profesionales y mejores líderes, pero esto implica además asumir las consecuencias de nuestros errores con madurez. El problema no es equivocarse una vez, sino que esto sea reiterativo porque significa que nada hemos aprendido. Finalmente reiterar que quien solo trae problemas y no brinda opciones de solución, en la cual está ella o él comprometido, realmente no está mostrando compromiso en arreglar las cosas.

“El único error real es aquel del que no aprendemos nada”...Henry Ford.




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